En Almería, en el sur de España, con unas condiciones climatológicas de excepción y en un rincón privilegiado, junto al parque Natural Cabo de Gata Níjar, los agricultores llevan décadas cultivando con mucho mimo, un tomate único, el Tomate La Cañada, el primero y único en ser reconocido como Indicación Geográfica Protegida en España.
Los inicios del cultivo del tomate en la llamada Comarca del Campo de Níjar y Bajo Andarax se remonta a tiempos lejanos, pero de situarnos en alguna fecha significativa como arranque para el posterior auge de este cultivo en la misma, podríamos situarnos a principios de la década de 1.960, cuando la agricultura de la zona se extiende más allá de la Vega de Almería y se cultiva en zonas más áridas, como son la zona de Los Llanos de la Cañada y Níjar.
Mientras La Vega se dedicaba en su mayor parte a cultivar además de tomate todo tipo de verdura, las nuevas zonas de cultivo comenzaron a plantar tomate en enarenado debido a la salinidad de agua y suelo. Se hacía principalmente cultivo de primavera, plantándose a últimos de diciembre al aire libre con unas protecciones frontales de cisca, para reguardar las plantas del viento del Norte, que en esas fechas azota en la zona. La recolección se efectuaba en los meses de mayo y junio, siendo un problema para la zona conseguir buenos precios con una producción tan agrupada en tan corto espacio de tiempo. Por este motivo se experimentó a finales de los setenta, la plantación de otoño con trasplante en los últimos días de agosto y recolección en octubre, noviembre, diciembre y primeros de enero, donde sucumbían ante los fríos de invierno. Con esta nueva época de plantación se abría un amplio horizonte de esperanza para la zona, puesto que es de gran importancia mantenerse en el mercado el mayor espacio de tiempo posible, para así hacer marca del producto. De este modo se dio el primer paso para que la zona fuese reconocida por su gran calidad del tomate.
A principios de 1970 se realizaron las primeras explotaciones protegidas y se pudo por fin cosechar en invierno, que era una fecha donde nadie podía llegar con producciones aceptables. A partir de aquí, se empieza a ver otra forma de rentabilizar las tierras y todos los agricultores protegen sus cultivos, buscando tener una parte al aire libre que se coseche en otoño y otra en cultivo protegido para recolección de invierno.
Las variedades que se plantaban eran de ciclo corto, con cinco o seis ramilletes a lo sumo, y con una producción de 30.000-40.000 kg por hectárea. De estas variedades todavía se cultiva algunas de ellas, como el Asurcado resistente a fusarium, que es el abanderado del sabor en la zona y que se comercializa en el mercado interior para clientes muy exigentes, alcanzando precios en origen de hasta 8 euros/kg.
Con el tipo comercial Redondo Liso se iniciaron las primeras exportaciones con éxito, el mercado interior lo aceptó muy bien. Por entonces el mercado nacional era la base de la zona, pero con el tiempo la exportación fue cogiendo fuerza y mientras otras zonas productivas se lanzaban a la aventura de vender en España, La Cañada se estancaba por no cultivar una variedad con la suficiente dureza para soportar varios días de transporte. A mediados de los ochenta, decididamente la zona se lanza a Europa tomando elevado prestigio en Italia. Aún quedaban muchos países por conquistar, pero eso llegaría unos años más tarde. Las variedades de tomate de este tipo posen un exuberante vigor y productividad. Para que la planta de esta variedad vegete sin problemas los agricultores de la zona han modificado sus estructuras por otras más altas y mejor ventiladas, y también sus comprimidos marcos de plantación por otros más amplios donde estas plantas vegeten sin problemas, dando mayores producciones y mejor calidad.
Las variedades de tomates Oblongos y Cereza se implantaron en la comarca de Níjar a inicios de los años 80, debido a las características organolépticas y funcionales obtenidas principalmente por los factores edafológicos, hidrológicos y de climatología. Estas variedades han tenido gran expansión en esta zona convirtiéndose en unas de las principales para alguna de las entidades comercializadoras en esta comarca a partir de 1.990.
El cultivo de estas variedades ha hecho posible que se llegue a toda Europa, especialmente Francia, Bélgica y Países del Este así como a Estados Unidos y Canadá.
Se debe reseñar, que en los últimos años la zona tomatera ha crecido hacia levante, abarcando la Comarca de Níjar como la zona de mayor calidad de tomate para cosechas de otoño y primavera y con un importante número de hectáreas en producción, debido a las características especiales de las aguas de riego.
Para finalizar esta reseña histórica, hay que decir que desde un principio ha sido la labor de los hombres y mujeres de esta tierra la que ha impulsado el avance de la zona para que fuese una zona diferenciada y específica del cultivo del tomate, cultivando variedades con características específicas ligadas al medio natural más exigentes en nutrición y en labores culturales.
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Texto e imágenes obtenidos de: elprimertomate.com