Para muchas personas el seguir una dieta supone un problema complejo que tratar. En muchos casos las restricciones dietéticas llevan a algunas personas a comer muy pocos alimentos, con el deseo de tomar alimentos dulces, ricos en grasas o alimentos que no puede comer, porque aportan demasiadas calorías. En estas situaciones debemos preparar platos ligeros y bajos en calorías.
La importancia de los colores y texturas
Comer todos los días es un requisito fundamental, no podemos dejar de comer. Pero comer, no significa solo alimentarse, sino también disfrutar con todos los sentidos del gusto, sabores, aromas y texturas. Comenzaremos la dieta que eliminando de casa todo alimentos que sean muy ricos en calorías, porque estamos decididos a bajar peso. Al mismo tiempo que metemos en nuestra cocina alimentos sanos. Para limitar las calorías con frecuencia tendemos a cocinar menos, consumo de verduras frescas o comidas que sean rápidas de preparar. Todo ello para poder seguir una dieta sin mayores problemas.
Cuando es necesario seguir una dieta baja en calorías las primeras cosas que deben casi desaparecer de la cocina son los que aporten grasa y sal. Pero recordando que la sal es un potenciador del sabor, resalta los sabores de cualquier alimento. Los aceites y grasas en vez permiten la preparación de emulsiones que también desarrollan otras funciones. es importante obtener alimentos saludables, pero sabrosos, es importante utilizar pequeñas porciones de aceite, evitando excesos. Para mantener el sabor en vez de usar sal se puede utilizar especias, prácticamente sin calorías. Con este método también la pechuga de pollo a la plancha puede ser sabrosa, simplemente se cubre con pimentón ahumado, romero y pimienta blanca, con el fin de obtener un sabor y textura agradable.
El hecho de que estemos no implica tomar alimentos que no sean sabrosos. Reducir la sal es un buen paso para reducir el exceso de líquido, para tener siempre las comidas sabrosas, también es importante elegir las materias primas de calidad, de esta forma, incluso una simple ensalada adquiere un sabor perfecto.
Incluso si estamos a dieta también nos podemos permitir dulces. Algunos pasteles también se pueden realizar con alimentos no muy ricos en calorías, por ejemplo, en lugar de nata podemos probar el queso cottage con vainilla y miel.