Mantener la lechuga fresca
Para una buena ensalada es necesario que la lechuga esté fresca y crujiente y que no esté pasada. Y esto se consigue manteniendo aireada y con la humedad adecuada.
A diferencia de otros alimentos, la lechuga no debe guardarse en bolsas de plástico cerradas, donde no es posible que estén aireadas. En todo caso deberán guardarse en el frigo en recipientes que permitan el paso del aire.
No debemos olvidar que las verduras frescas se mantienen mejor si tienen un poco de humedad en las hojas. Si están muy secas el deterioro será más rápido.
Una vez que hemos lavado la lechuga, debemos secarlas. Bien en un centrifugador para lechuga o en una toalla limpia. pero sin secar totalmente. Los restos de agua, como ya comentamos, favorecerá que las hojas de lechuga tengan un perfecto aspecto.
Si las hojas de lechuga han comenzado a marchitarse (si no están muy deterioradas) podemos llevarlas a un bol grande con agua fría (muy fría) esto ayudará a rehidratar de nuevo y quedarán crujientes.
Consejos para mantener frescas las hojas de lechuga
- Recorta el extremo de la lechuga y separa las hojas.
- Llena un recipiente con agua fría y coloca ahí las hojas. Movemos un poco para eliminar restos de arena. Retiramos las hojas.
- Secaremos las hojas, cortadas en trozos, con una centrifugadora para ensaladas o con un paño limpio. Hasta que hayan perdido prácticamente todo el agua.
- Retiramos las hojas y las colocamos en un recipiente donde pueda circular un poco el aire. En caso de no tener este recipiente podemos guardarlas en papel de periódico. De esta forma pueden aguantar hasta 4 o 5 días
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