El pulpo gallego es de una delicadeza y de un sabor extraordinario. Aunque es para gustos, la cocción es muy importante. No debe quedar ni muy duro ni demasiado cocido. Ideal acompañado de patatas (cachelos) que cogerán el sabor, aceite y picante que acompaña a un buen plato de pulpo.
Comer pulpo significa fiesta, romería
Podríamos prepararlo así
1 kilo de pulpo congelado
100 ml de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharadita de pimentón picante
Sal gorda
Calentamos el agua sin sal en un recipiente donde entre el pulpo con facilidad. Cuando rompa a hervir introducimos el pulpo. Deberá estar cociendo sobre 30 – 40 minutos. Lo pincharemos con un tenedor para comprobar que está en su punto de dureza. A los 30 minutos apagamos el fuego y dejamos reposar unos 10 minutos en el agua de cocción.
Para servirlo, cortamos con tijeras en trozos no muy gruesos. Los vamos poniendo en el plato (lo ideal sería plato de madera). Sazonamos con sal gruesa, espolvoreamos con los dos pimentones y terminamos rociando el aceite.
Lo comeremos templado, no frío.
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